Una de las grandes ventajas de trabajar en un taller abierto es el poder hablar con quien compra y usa nuestras creaciones. Qué buscan, en qué se fijan, es parte de la experiencia de aprendizaje que aprovechamos al diseñar modelos nuevos.

En muchos casos nos fijamos en piezas antiguas o traídas de lejos. Los morrales, la encuadernación, etc., son modelos muy tradicionales que hemos actualizado, mientras que otros modelos recorren un camino más largo hasta casi no reconocerse de dónde surgieron.

Tampoco hay que renunciar nunca a olvidarse de todo, incluso en los modelos más trillados, para crear algo completamente nuevo. Coger una hoja en blanco, poner encima lo que quieres que el modelo contenga.... y empezar a dibujar.

Lleguen por donde lleguen, al final nuestros modelos se reconocen aunque no lleven marca. Un poco intemporales, sin marcar mucho el género, con preferencia por los colores y dando mucho protagonismo a los materiales. Son algunas de nuestras señas de identidad.